Reflexiones sobre mi relación con la ciencia ficción
En este artículo, comparto mis experiencias y reflexiones sobre mi relación con la ciencia ficción desde mi infancia. Exploro cómo este género ha influido en mi vida y mis pensamientos a lo largo de los años.
Jose M. Aldasoro
6/19/20252 min leer


Recuerdos de una infancia marcada por la ciencia ficción
¿Alguna vez una película te cambió la vida con solo una imagen?
A mí me pasó con Tron. Tenía apenas unos años, y de pronto, estaba ahí: frente a un universo de luces, datos y velocidad digital. No era solo una película. Era una grieta dimensional que se abría ante mis ojos de niño curioso. Desde entonces, nada volvió a ser igual.
Tron: cuando la pantalla se convirtió en portal
Estrenada en 1982, Tron no era como las demás. No hablaba de monstruos ni de naves que disparaban rayos láser por diversión. Era otra cosa: un mundo digital, brillante y geométrico, donde la tecnología no era solo fondo… era protagonista.
Recuerdo cómo me pegó al asiento. Aquellos circuitos, esas motos de luz, los personajes atrapados dentro de una red informática… Me quedé con la sensación de que la realidad era solo una opción más. Que podían existir otras, y que alguien tenía que contarlas. Ese alguien, con el tiempo, quería ser yo.
Asimov, Sagan y el virus de la curiosidad
No pasó mucho hasta que descubrí los libros. Y entonces vinieron los gigantes. Asimov me enseñó que los robots también podían ser humanos. Que las leyes de la robótica no eran solo un recurso narrativo, sino una forma de pensar el futuro. Sagan, en cambio, me agarró de la mano y me llevó al cosmos. Con él no solo miré estrellas, aprendí a hacer preguntas.
“Somos polvo de estrellas”, decía. Y yo, desde mi cuarto en Vitoria, me lo creía a ciegas.
Leerlos fue como conectar dos hemisferios: el racional y el soñador. Por un lado, lógica implacable; por otro, una poesía científica que te susurraba que todo es posible si sabes mirar.
¿Estamos solos? Y otras preguntas que solo la ciencia ficción se atreve a plantear
Hay una pregunta que me ha acompañado toda la vida: ¿Estamos solos en el universo?
La ciencia todavía no lo sabe. Pero la ciencia ficción sí se atreve a imaginarlo.
Ahí está la magia. Este género no da respuestas cerradas, sino preguntas abiertas. ¿Qué pasaría si el tiempo se reiniciara cada día? ¿Y si una inteligencia artificial decidiera qué emociones mereces sentir? ¿Y si la humanidad no pudiera avanzar… porque está atrapada en su propia rutina?
Todo eso lo exploro en mis libros. Porque la ciencia ficción no es solo entretenimiento: Es una linterna para iluminar los rincones más oscuros de nuestra mente.
Escribir para sobrevivir (y soñar)
Hoy, con cada palabra que escribo, sigo buscando ese asombro que me dio Tron. Sigo interrogando al universo con las preguntas de Sagan. Sigo diseñando futuros como haría Asimov, con lógica, emoción y una pizca de caos creativo. Porque escribir ciencia ficción no es evadir la realidad. Es hackearla. En un mundo que a veces parece más distópico que mis novelas, crear nuevos mundos no solo es una pasión. Es una necesidad. Es mi refugio. Es mi manera de seguir soñando.
¿Y tú? ¿Qué historia te cambió la vida?
Jose M. Aldasoro
Autor de El Bucle y explorador de futuros imperfectos