Cómo me hice escritor

En esta entrada continuaré con mi experiencia personal y os narraré mis primeros pasos con las letras.

LA VIDA DEL ESCRITOR

Jose M. Aldasoro

6/26/20252 min leer

De lector de galaxias a hacker de realidades: cómo me convertí en escritor

Antes de ser escritor, fui contrabandista de futuros. De niño, mi tesoro no eran monedas ni canicas, sino portales de papel con olor a tinta vieja. Cada libro era una nave espacial, y yo, su polizón, viajando a mundos iluminados por soles binarios, ciudades cromadas y futuros donde la humanidad se enfrentaba a sus propios fantasmas tecnológicos. No los leía, me zambullía en ellos. Y en medio de esa vorágine de inteligencias artificiales, bucles temporales y distopías, una pregunta empezó a susurrarme al oído, cada vez más fuerte:

¿Y si el próximo portal lo construyera yo?

El laboratorio clandestino: de lector a creador

La idea era un virus. Me infectó durante años, pero el miedo era el antivirus perfecto. ¿Quién era yo para atreverme a crear un mundo? Así que empecé en la clandestinidad de un papel en blanco. Escribía relatos secretos, experimentos mentales que no estaban destinados a ojos ajenos. Eran mi campo de pruebas, mi laboratorio de futuros imperfectos, la única forma de dar voz a las ideas que colisionaban en mi cabeza.

Y entonces, ocurrió la magia. Cada historia terminada era un pequeño monstruo al que perdía el miedo. Empecé a enseñárselos, con el pulso acelerado, a mi círculo de confianza. No buscaba medallas, solo un cómplice. Quería saber si alguien más podía ver lo que yo veía en esas líneas. Y para mi sorpresa, conectaron. Mis pequeños monstruos les gustaron.

El vértigo del "publicar"

No sé si fue un acto de valentía o de pura inconsciencia, pero un día sentí que ya no podía mantener mis mundos escondidos. Merecían algo más que un puñado de lectores. Si quería ser escritor, tenía que aceptar el pacto completo: escribir, pulir y, lo más aterrador, exponerme. Dar el salto.

Ese salto tiene nombre: El Bucle. Mi primera novela. Un tecno-thriller con alma de neón, ambientado en un mundo atrapado en un ciclo de 24 horas del que todos son conscientes... pero nadie puede escapar.

Pulsar el botón de "publicar" fue el clic más aterrador y, a la vez, más liberador de mi vida. Porque publicar no solo da vértigo. Da vida.

Hackear la realidad, no escapar de ella

Cruzar esa frontera fue un punto de no retorno. Comprendí que escribir ciencia ficción no era mi hobby; era mi sistema operativo. Mi manera de procesar el mundo, de plantear las grandes preguntas a través de los escenarios más imposibles.

Desde entonces, no he parado. Sigo explorando tecnologías, futuros alternativos y los dilemas éticos que nos esperan a la vuelta de la esquina. Porque para mí, la ciencia ficción no es una forma de escapar de la realidad.

Es una forma de hackearla.

Si tú también tienes el "virus"...

Quizás tú también sientas ese cosquilleo, esa pregunta susurrándote al oído. No esperes a tener "la gran idea" ni a que una musa con traje de astronauta llame a tu puerta. Empieza a teclear. Escribe esa historia que solo tú puedes contar, aunque sea para ti.

Comparte tu código fuente cuando estés listo. Quizás no cambies el mundo, pero te garantizo que cambiarás el tuyo. Y ese, amigo y amiga, es el mejor bug del sistema.

Jose M. Aldasoro

Autor de El Bucle y explorador de futuros imperfectos.