Mi proceso de escritura al desnudo como escribe José M aldasoro
¿Tenéis curiosidad por saber cómo escribo? Pues estáis de enhorabuena. Hoy voy a compartir con vosotros mi proceso de escritura. Y hasta algún truquillo extra. Como escribe José M Aldasoro
LA VIDA DEL ESCRITOR
Jose M. Aldasoro
7/13/20252 min leer


¡Así cocino mis historias!
¡Muy buenas!
Hoy me apetece un montón compartir con vosotros mi "receta secreta" para empezar un nuevo manuscrito. Os voy a contar las fases de mi proceso creativo, desde la primera chispa hasta que la obra está lista para sentencia.
Para empezar, os confieso algo: soy un escritor de mapa. ¡Nada de brújula y a la aventura! Necesito mi plan de ataque, y todo arranca, lógicamente, con una buena tormenta de ideas sobre la trama. A veces, la idea aparece en mi cabeza como un rayo, ¡clarísima! Pero la mayoría de las veces (seamos sinceros, casi siempre) es más como un chaparrón de notas sueltas que voy cazando al vuelo durante días. El resultado es que acabo con un puñado de ideas geniales sobre la mesa.
Con ese caos de ideas, ¿qué hago? ¡Poner orden! Las vuelco todas en un documento y empiezo a crear esquemas para cada una. Lo más curioso es que muchas de estas ideas acaban siendo como piezas de un puzle que encajan y se fusionan en una sola historia.
Cuando por fin sé sobre qué quiero escribir, empieza la verdadera fiesta: ¡imaginar la historia completa!
Y aquí viene mi manía personal: ¡construyo la historia del revés! Sí, como lo oyes. Pienso primero en el final y en los giros argumentales más potentes. Luego, trazo una línea de tiempo completa, desde el desenlace hasta el principio, y trabajo sobre ella. Es como saber el destino final del viaje antes de dar el primer paso.
Una vez que tengo la columna vertebral de la historia bien definida (¡y a los personajes principales ya fichados!), llega el momento de la documentación. Después, me paso a mi programa de cabecera para crear el esqueleto definitivo: un listado de todos los capítulos con un resumen de lo que va a pasar en cada uno.
Solo entonces, cuando todo está perfectamente estructurado, abro Word y me lanzo a teclear. ¡Que empiece el juego!
Llegados a este punto, solo queda dedicarle horas cada día a construir cada capítulo. Y aquí va un truco de la casa: como ya sé exactamente qué pasa en cada uno, ¡me da igual escribirlos en orden! Si un día me levanto con una inspiración brutal para una escena concreta, voy a por ella sin miedo. Así aprovecho la energía del momento sin riesgo a perderme por el camino.
Y así, grosso modo, es como nace el primer borrador del manuscrito.
Como veis, escribo igual que pinto: voy de lo general a lo concreto. Con cada corrección, voy añadiendo capas de detalle para enriquecer la trama, pero siempre con la seguridad de que el esqueleto principal permanece intacto.
¡En otra ocasión os contaré los secretos de la fase de corrección y maquetación!
Gracias por acompañarme en este viaje personal. ¡Nos leemos en próximas entradas e historias!
Jose M. Aldasoro